Posted by Radio Marca Almería on Tuesday, January 28, 2020
#RADIOBLOGMINUTO92, por Víctor J. Hernández Bru.
La UD Almería es, hoy por hoy, el segundo equipo en la clasificación y hace tres días era el primero. Con la llegada del equipo y sobre todo del dinero de Turky, hemos pasado de ser un equipo que se arrastraba económicamente por la categoría a convertirse en el ‘nuevo rico’ que no sabe bien en qué gastar el dinero. Y además, se ha dotado de una estructura humana y deportiva que está a años luz de lo que hemos vivido nunca por estos lares.
Pero no sólo no es todo perfecto, sino que hay algunas cosas llevan muy pero que muy mal camino. Precisamente esa situación de nuevo rico puede tener la culpa de algunas de estas cosas.
El Almería, que comenzó fortísimo en agosto, ha ido perdiendo fuelle paulatinamente. Y hay que decir que por mucho que pierda, seguirá estando siempre a años luz de la etapa de la que venimos, aunque coincidirá el oyente que es una pena esta pérdida de velocidad de crucero.
Pero al igual que hemos reseñado muchas veces estos aspectos positivos, al igual que éramos críticos con lo que chirriaba, lo muchísimo que chirriaba en la época Gabarrón, ha llegado el momento de señalar que algunas de las cosas que están ocurriendo en la UDA empiezan a ser simplemente ridículas.
Es ridículo que el club se empiece a caracterizar por traer jugadores que aún no puede inscribir y los haga entrenar a puerta cerrada, creyendo que de esta manera lo oculta a alguien; es ridículo que se quiera engañar a la Liga una y otra vez con lo del tope salarial, primero sin ser capaz de demostrar que el dinero que se pone sobre la mesa no proviene del gobierno saudí y después queriendo hacer ver que con la venta de jugadores suplentes se genera masa salarial suficiente para quitarle fichajes al Madrid y al Barça; es aún más ridículo que se traspase a cinco jugadores en una semana en la que el sábado se termina haciendo necesario convocar a gente del filial; es algo más que ridículo que desde la UDA se hable de que el Almería estorba, insinuando confabulaciones judeomasónicas en contra de un equipo que no ha dejado de estar arriba nunca desde que comenzó el campeonato; y es definitivamente intolerable que un empleado del club llegue a gritar y a tocar a un miembro del equipo arbitral, en una actitud agresiva y, sobre todo, que el club no haya pedido perdón por ello.
Yo sinceramente ignoro por qué se están dando estas lamentables circunstancias, sobre todo últimamente, pero tengo que pensar que los dueños del Almería han llegado a nuestra tierra pensando que no han de hacer absolutamente ningún esfuerzo por adaptarse a nuestro país, a nuestra liga y a nuestra cultura. Y la realidad, la cruda realidad le está dando en la cara y les está dejando meridiano que ése no es el camino.
Mientras, los almerienses que podrían explicar estas cosas a los máximos responsables, siguen muy ocupados acariciando cariñosamente los lomos que tienen a mano, pensando que una buena propina a tiempo bien merece la pena.
