VÍDEO BLOG #Minuto92: Lo del entrenador empieza a oler, por Víctor J. Hernández Bru.
La UD Almería va a cumplir dos semanas desde que se sabe en Segunda División la próxima temporada. Quince días, medio mes, sabiendo ya lo que tiene que hacer para el regreso a la categoría de plata, pero en los que nadie hace nada. Por no hacer, ni siquiera se sabe quién será el entrenador.
De hecho, la UDA tiene entrenador hoy por hoy y se trata de un técnico que ha logrado el máximo rendimiento de la escuálida plantilla, aunque sea de manera anecdótica y con el equipo ya virtualmente descendido desde mucho antes de que él llegara. Sin embargo, Mel está teóricamente descartado, y salvo cambio de opinión, para afrontar la temporada que viene. El porqué no lo ha explicado nadie, seguramente porque no hay porqué.
El Almería podía estar ahora mismo ya planificando la próxima temporada, de la mano del entrenador que la fuera a comenzar decidiendo qué jugadores se queda, cuáles pone en el mercado y en qué objetivos se fija fuera de los límites de su plantel. Es lo que haría un club serio, profesional, con profesionales experimentados y que supieran de lo que va esto.
En la UDA, a la nadie va a sorprenderle que las cosas se hagan a última hora, a ser posible cuando los rivales ya se hayan adelantado y hayan realizado los movimientos que ya no podrá hacer el club rojiblanco. De hecho, algunos técnicos que gustaban en Almería ya tienen compromisos con otros clubes o están cerca de tenerlos.
Después de cinco años, desconozco por qué el club de ‘Míster Party’ ha retorcido el viejo refrán castellano para convertir a su antítesis en la piedra angular de su filosofía corporativa: no hagas hoy lo que puedas intentar hacer mañana, pero es evidente que ello lo coloca en posición de desventaja con respecto a sus competidores.
Podríamos especular sobre los motivos por los que los hombres de El Assy prefieren tirar al retrete las semanas en las que ha de configurarse un proyecto, como han hecho con estas dos primeras tras conocer la categoría en la que van a militar (aunque en realidad llevan meses sabiéndolo), pero seguramente la realidad no haya que buscarla en sesudos razonamientos, sino más bien en que en los despachos del club rojiblanco no tengan, por un lado, ninguna intención de contar con el entrenador para configurar la plantilla, tal y como han hecho desde que llegaron; y por otro, que estén bastante más ocupados en decidir en qué restaurante cenan esta noche y en qué local proceden al amplio rato de ocio nocturno posterior, que en pensar en esa ‘lata’ que es contratar a un entrenador.
