Quiero hablaros esta semana que no ha habido fútbol de una de las imágenes del año, incluso pasarán años y recordaremos esa imagen, la de Nadal y Federer emocionados tras el último partido de Federer. Más que en la imagen me quiero centrar en Nadal, muchas veces he escrito y he apuntado que es un grande no solo por las victorias, también por como las consigue.
Es más grande todavía en la derrota Nadal, es el exponente de muchas cosas, porque es una persona que es un deportista brutal que necesita de muchos planos para conseguir el éxito. Como sabéis las lesiones le han mermado en muchas ocasiones y hay una parte de su juego, que es la emocional, que cuando no está bien se nota en sus resultados.
Pudo jugar el partido con Federer, que fue su único encuentro en el torneo, pues su pareja está esperando un niño y han tenido algunas complicaciones y él públicamente lo comenta y reconoce que no está bien para competir y que solo fue porque se retiraba su amigo. Nadal cosas excepcionales las hace normales, otros deportistas este tipo de comentarios no las hace, se lo comen, los peores resultados de Nadal siempre han sido cuando emocionalmente no ha estado bien, el fallecimiento de su abuelo, la separación de sus padres y ahora este tema personal. Un deportista de élite no es solo la parte física, o es solo la parte táctica, también necesita de ese plano emocional y cuando no estás bien lo más recomendable es reconocerlo, tratar de mejorar esa circunstancia y ya luego volver a competir. Cuando nos encontramos emocionalmente bajos, cuando no sentimos que es nuestro momento y a lo mejor no estamos dando el 100% en nuestras tareas y en nuestros trabajos hay que centrarse también en esa parte, no solo la física o la táctica, también en la emocional, en eso Nadal también es un crack, es un número uno, porque hace normal lo que es excepcional. No lo dudéis, para el rendimiento, la parte emocional, es importantísimo para la consecución de resultados.