La cúpula rojiblanca no está contenta ni con los resultados ni con la gestión que se está llevando a cabo con algunos de los fichajes de este verano.
De héroe a villano en cuestión de meses. Rubi está en el foco de Mohamed El Assy y Joao Goncalves tras los últimos resultados y en la planta noble de la UDA valoran todos los escenarios posibles. Si después del ascenso el CEO llegó a calificar como clave al técnico catalán del salto de categoría, esa confianza ha caído progresivamente, no solo por los resultados.
La historia arranca ya desde la pasada temporada, cuando la cúpula rojiblanca tenía previsto una vez que se consumase el ascenso buscar una prolongación de contrato del entrenador que quedó paralizada, entre otras cuestiones, porque el final de Liga con los empates ante el Alcorcón y el Leganés dejaron muchas dudas en unos dirigentes hasta entonces entregados a Rubi.
El arranque de campaña permitió reconducir la situación, pero la venta de Sadiq y los mensajes lanzados por el técnico han supuesto un caldo de cultivo para El Assy y Joao Goncalves que buscan que no recaiga en ellos la responsabilidad del 0 de 12 y los 400 minutos sin marcar, cifras que no se conocían en la máxima categoría desde hace mucho tiempo.
Más allá de los resultados, la gestión de algunas de las nuevas caras tampoco es del gusto de los dirigentes que han visto como la gran apuesta para la portería aún no ha debutado, las jóvenes promesas, salvo pequeñas apariciones de Milovanovic, no cuentan, y El Bilal no ha terminado de consolidarse aún en los planes del técnico.