Posted by Radio Marca Almería on Monday, February 17, 2020
#RADIOBLOGMINUTO92, por Vïctor J. Hernández Bru.
Cuando alguien habla tan claro como lo he hecho yo acerca de Gutiérrez, antes Guti, y los hechos demuestran que llevaba razón, las sensaciones son mucho más amargas de lo que pudiera parecer, simplemente porque el cumplimiento de las peores previsiones significan que el Almería está dilapidando, despilfarrando su ventajosa posición en una temporada en la que todo parecía de cara para ascender.
La UDA ya no está en puestos de ascenso directo, ha dejado que el Cádiz tenga una ventaja que hoy en día parece irrecuperable y que el Zaragoza lo sobrepase, beneficiándose del viento a favor de su buena racha y de las debilidades rojiblancas.
A Gutiérrez no le sale nada y la verdad es que él se lo ha ganado a pulso. Como entrenador, está demostrando unas carencias brutales, sembrando la inestabilidad en su vestuario con constantes cambios (sigue sin repetir una alineación) y aderezando tan arriesgado comportamiento con declaraciones absurdas que lo enfrentan a sus jugadores.
Todo ello ha contribuido, sin duda, a que el equipo haya pasado de ser un ciclón a un conjunto desnortado y sin patrón de juego, que sufre ante los modestos y se ve desbordado por los poderosos, como en la gran mayoría del partido de El Alcoraz, donde pareció ser capaz de encajar no ya tres goles, sino más de media docena.
La cosa tampoco puede extrañar a nadie, puesto que Gutiérrez es un entrenador que está viviendo su primera experiencia profesional y que antes tan sólo se había sentado en el banquillo para dirigir a equipos de cantera o para ser segundo en Turquía. Con esos precedentes, no creo que hubiera nadie con confianza ciega en que el técnico fuese a triunfar en el Mediterráneo.
Sí cabía esperar de él una actitud mucho más humilde. Gutiérrez es, desde que llegó, el mismo divo que cuando jugaba, por encima del bien y del mal, sin un ápice de autocrítica y mirando por encima del hombro a jugadores y prensa.
Y como complemento a todo eso, incluso antes de que las cosas comenzaran a irle mal, Gutiérrez se ha caracterizado por rechazar cualquier intento de que hiciera autocrítica, de que admitiera errores en su gestión, y ha buscado con ahínco las más peregrinas excusas para no asumir su responsabilidad, principalmente en las actuaciones arbitrales.
Del famoso “a alguien le molesta que el Almería esté arriba” pasó, en una semana, a reconocer que los árbitros se pueden equivocar; pero en El Alcoraz, ante su nefasta actuación durante y después del partido, cuando fue expulsado por irse en busca del árbitro para comérselo, recuperó la teoría de la conspiración, para intentar inútilmente desviar la atención de sus carencias.
Gutiérrez está periclitado, acabado en el Almería; y se va a marchar de aquí dejando la sensación de ser un entrenador al que le queda muchísimo que progresar para estar a la altura de la Liga de Fütbol Profesional.
1 comentarios
Aunque estoy de acuerdo en que Guti no es entrenador para el Almería, no puedo estar de acuerdo en lo de los árbitros.
Estamos viendo jornada tras jornada cosas muy raras en contra (penaltis que una jornada son en contra y a la siguiente la misma jugada no lo es, a favor; minutos de descuento irrisorios cuando el equipo contrario se ha tirado todo el partido perdiendo tiempo, expulsiones y persecuciones a futbolistas como Darwin Nuñez, etc….). Me parece muy bien lo que hablas de Guti pero no toda la culpa es suya. Molesta y asusta en la RFEF y en la LFP que un jeque y para mas INRI de Arabia Saudí, llegue a primera con pasta en el bolsillo y sobre todo que haya llegado a un equipo como el Almería. Sí llegase a un Sevilla, Valencia, o com fue el caso del Málaga otro gallo cantaría.