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RADIOBLOG: Ocho entrenadores y la ley del despertador
En la jornada de ayer, tres clubes de Segunda División presentaron nuevos entrenadores. Gijón, Córdoba y Las Palmas de Gran Canaria ya han cambiado de inquilinos en sus banquillos. Y no han sido los únicos. En las catorce jornadas que han transcurrido desde que se alzó el telón del campeonato, han sido ocho los clubes que han cambiado de protagonista en la caseta.
Anoche vimos a dos equipos, en el Mediterráneo, que forman parte de los catorce que conservan a los mismos entrenadores que comenzaron el campeonato. Y los conservan porque ayer ambos dieron una exhibición de orden, de conocimiento del plan trazado y capacidad para ejecutarlo.
Sinceramente, no estoy de acuerdo con Natxo González, que al final del encuentro se fue a sala de prensa a decir que no estaba contento con el juego de su equipo y que él había tenido la culpa.
Es una frase que hemos escuchado ya en varias ocasiones a Fran Fernández, otro técnico autocrítico y que, como González, ha sabido implantar un plan de acción, un estilo claramente reconocible.
Ayer el partido entre la UDA y el Dépor fue bastante aburrido en varias de sus fases, pero en todo momento se vio a dos conjuntos que sabían a lo que jugaban y, en el caso del Dépor, con una solidez brutal en el medio campo; frente a un Almería con fe, con ganas y con recursos por los costados, puesto que en el interior encontraba a tal cantidad de enemigos que era absolutamente imposible entrar.
Sinceramente, si me dan a elegir, yo seguramente me quedaría con alguno de los dos técnicos que vimos ayer en acción, primero porque tienen una idea muy clara de juego, segundo porque saben trasladarlo a sus jugadores y, por supuesto, porque están muy alejados del prototipo de vendedor de humo y, muy al contrario, son capaces de ponerse a la cabeza de la manifestación cuando de repartir culpas se trata.
No me extraña en absoluto que Natxo González y Fran Fernández sigan en sus puestos, cuando ocho compañeros ya han pasado a mejor vida. Como siempre, no creo en las casualidades. Yo sólo creo en la ley del despertador que suena a toda pastilla cuando aún es de noche.
Apuesto que es lo que pasa en la habitación de los dos técnicos a los que vimos ayer en el Mediterráneo.