Posted by Radio Marca Almería on Monday, July 15, 2019
RADIOBLOG MINUTO 92, por Víctor J. Hernández Bru.
Tengo interés, mucho interés en entrevistar a Javi Fernández, ya sabéis, el director general del Club Deportivo El Ejido, que llegó al club de la mano de Vicente Puertas, del que es hombre de confianza, pero que ha desarrollado gran parte del proyecto como peón de lujo de Pierre Mevy.
A Javi, no lo voy a ocultar, le he dicho muchas veces que estaba jugando a caballo perdedor, que estaba poniendo todos los huevos en una cesta con agujero en el fondo, que no se puede ser serio con unos y el cacharro de la Bernarda con otros; que el que no es serio en un ámbito, suele cantar la gallina en todo, tarde o temprano.
Y Pierre Mevy no es serio, es más bien un joven niño rico que cree que todo el mundo ha de bailar al son que él toca y que, cuando le llega la hora de cumplir, siempre encuentra alguna excusa para el justificar el no hacerlo.
Insisto, se lo dije hace un año a Javi, con la claridad que intento que me caracterice siempre. A él no le gustó lo que le decía, porque estaba poniendo en tela de juicio su medio de vida, que entonces parecía depender del suizo.
Ahora, Pierre ‘me voy’, como ya es conocido en el Poniente, ha hecho honor a su nombre y se ha marchado. Y en cambio Javi sigue en su sitio, porque él vale bastante más que Pierre. No creo que Javi sea un megacrack del deporte, entre otras cosas porque si lo fuera no estaría aquí. Es lo mismo que me pasa a mí y, seguramente, a vosotros. Pero, en líneas generales, es un tipo cumplidor, bastante responsable hasta donde yo he tenido la oportunidad de conocer hasta ahora.
Me cuentan que Fernández está que trina ahora con Pierre, porque sencillamente lo ha dejado colgado, lo ha traicionado, lo ya utilizado vilmente y sin ningún tipo de escrúpulo.
Insisto, me molesta porque cualquier que sea currante y serio merece un respeto, aunque también es cierto que personajes como Pierre no son posibles sin una cohorte de sobadores de lomo q su alrededor.
En El Ejido, como en otros muchos sitios, alguno de ellos no muy lejano, esa cohorte ha convertido en magnate del deporte a quien no ha demostrado tener mucha más capacidad que la justa y necesaria para hacer la ‘o’ con un canuto.