Como ya sucedió seis días antes, tras la derrota casera ante el Cádiz, se esperaba una noche de cuchillos largos. Aquella reunión en la que estuvieron ‘los Alfonsos’, padre e hijo, Pepe Bonillo y Corona, y en la que se vetó la presencia del resto de consejeros del club, como es habitual (es decir, los Manolo García, Luis Guillén, Mariano Blanco y Onofre Díaz) era una reunión pedida por el presidente con la finalidad de dar los pasos para destituir al entrenador.
Una reunión en la que el técnico pidió a los integrantes de la dirección deportiva una solución de la casa, incluso que el propio Corona o Andrés se colocaran en el banquillo del Carlos Belmonte seis días después. La respuesta fue negativa y sólo eso y la falta de definición de un presidente cansado dieron una semana más de árnica a Ramis.
Tras aquello, la noche que siguió a la derrota de Albacete, ayer, también se esperaba larga, pero volvió a no pasar nada. El presidente tiene claro que no quiere firmar a un nuevo entrenador y los que están en la casa, todos menos Fran Fernández, que no ha sido consultado, también están seguros de no querer quemarse en un puesto que ‘huele a pólvora’.
En el seno del club hay cada vez más voces que abogan por Ibán Andrés y ésa es la opción que está esperando García Gabarrón para anunciar el adiós del técnico tarraconense. De no haber respuesta positiva del secretario técnico, de igual manera la destitución podría anunciarse hoy mismo.
Lo que está claro es que en el Almería ya nadie confía en Ramis como salida del problema en el que está metido el equipo… y el club.
