BLOG, por Manolo Soler.
Alguna vez he hablado sobre este tema, pero esta temporada que vuelvo a ser entrenador de un equipo juvenil, sigo viendo (y quizás multiplicado) lo de jugadores que van de la mano de alguien que dice ser su representante.
Y no hablo de ese padre que suele jugar a ser Mino Raiola o Jorge Mendes, y que piensan que en casa tienen un Messi o un Cr7. Que también los hay. Aunque del tema papás más adelante en el articulo quiero dar mi modesta opinión sobre algunas cosas he leído o escuchado.
Como titulo mi artículo, hay algún que otro personaje que juega con la ilusión de los chavales, dándosela que puede sacarlo o llevarlo a tal club.
Esto en jugadores de 3º año juvenil, y donde no has tocado ni tan siquiera la Liga nacional juvenil, es difícil de entender. Y para jugar en la segunda andaluza juvenil (preferente juvenil) o en un futuro en la 1ª andaluza sénior (preferente sénior), no creo haga falta tener representante ni agente FIFA. Pues me parece que hay que dejarse de milongas y no engañar a los chavales y jugar con su ilusión. Aunque siempre habrá el que quiere dejarse engañar. Eso sí, el daño que se le hace… seguramente en el futuro, no jugará al fútbol en categoría sénior, porque estará totalmente desencantado y frustrado con el deporte rey.
Por eso no es bueno estar ¨comiéndole¨ la oreja al chaval al final de cada partido, porque lo único que se consigue es descentrarlo, y no hacer lo que su entrenador le está indicando.
Y aprovechando lo del tema de representar a jugadores de fútbol base, aprovecho y comento algo que me llegó hace unos días, y es que en el club representativo de la ciudad, hay algún jugador que apenas el club se hizo cargo de sus gastos de desplazamientos y demás. Desentendiéndose por completo. Y que tras ser citado por la selección andaluza, se dan una prisa descomunal para hacerle contrato al chaval, y así tenerlo atado y poder sacar tajada en un futuro. Pues una vez que pisas la selección andaluza, le saldrán representantes y agentes FIFA por todos lados.
Como he comentado al comienzo del artículo, me gustaría hablar un poco sobre el tema de padres que tanto se está hablando en estos días, sobre todo a raíz de la lesión del jugador benjamín del CNA.
Vaya por delante, que en tantos años de banquillo que uno acumula, he tenido situaciones de padres de todo tipo.
Decir, que aun sigue habiendo papás, que solo entorpecen el trabajo del entrenador (esto creo nunca desaparecerá) cargándose el trabajo de la semana. Dando indicaciones a su hijo desde la banda opuesta al banquillo. Y que esas indicaciones no van en la dirección que el míster trabajó. Y que siempre van encaminadas a que su hijo vaya a su bola para destacar individualmente.
Al punto que uno se encuentra con situaciones tales de algún que otro jugador, ¨como que quiero ser titular, jugar todos los minutos, jugar en esta banda, con tal número, y que todos me la pasen a mí…¨. Entiendo yo que lo que hay que hacer es sacarlo del grupo y que tome otro aire. Pues no es bueno para el grupo este tipo de comportamiento, y más aun cuando la calidad del chaval no va acorde con lo que él ¨exige¨.
Por gracia, son casos aislados, pues en gran parte, cada padre colabora y ayuda con lo que puede. Y sobre todo con su presencia hace que su hijo se sienta mas respaldado.
Y en eso último es en lo que quiero centrarme ahora. Pues hay mucha gente que comenta como algo positivo, que de niño hacia deporte, básicamente jugaba al fútbol, y resalta que su padre o padres no lo acompañaban, y eso parece ser algo muy destacado de resaltar.
También que hay quien dice que nunca fue preguntado por su padre, como quedó y tal… y casi todo en esa línea. Y no estoy nada de acuerdo. Imagino que cada familia, cada casa, es una historia diferente. Como diferentes son los motivos por los que un padre no acompaña, o ir a ver jugar a su hijo.
Nos olvidamos a veces, que esos padres que si que acompañan a sus hijos, hacen una labor muy importante, y en la gran mayoría de veces en modo altruista.
Pues mientras hay padres que por ejemplo no pueden ir a ver a sus hijos jugar, otros si van y tienen que llevar en sus coches a esos mismos hijos que van solos. Si no sería casi imposible que los clubes salgan adelante si no disponen de ese tipo de colaboración.
A lo igual que también se involucran en cosas como buscar sponsor para los equipos, colaborar con la adquisición de abonos de ese club, o el gasto que puedan hacer en un ambigú del campo, que muchas veces son un sostén importante para generar dinero para los gastos del club.
En general los padres son muy importantes, y claro que también los hay fuera de lugar, que no son ejemplo para sus hijos, pero son una minoría.
También es muy importante, sobre todo desde un punto apoyo, que cuando un chaval, llega a casa y sus padres no han podido acompañarlo, que se informen de cómo le fue, y que el chico se sienta arropado, y no con esa sensación de dejadez.
Yo en todos estos años, he podido ver de todo, y también a ese chaval que de alguna manera se veía incomodo por no ser acompañado de su padre y ver en gran parte, los padres de sus compañeros si acompañaban a sus hijos.
Y terminando ya, mencionar unas líneas sobre la Uda.
Que pese a la derrota en Córdoba, sigue estando en la clasificación en posiciones muy cómodas.
Lo que no entiendo que después de varias temporadas pasándolo fatal para salvar la categoría en la última jornada, y viendo la composición de la plantilla de esta temporada, aun se siga con la hipocresía. Y me explico, hace un par de semanas uno podía leer en prensa o escuchar en radio, que el equipo estaba dando una versión superior a la esperada (cosa que coincidíamos casi todos) y que el objetivo era el poder mantenerse, e ir adquiriendo más experiencia para próximas temporadas.
Pero claro, tenemos una derrota, y esos mismos hablan de que si Fran no fue valiente, que si el equipo no estuvo a la altura (sobre todo a lo que no has acostumbrado en estas últimas jornadas)… y volvemos a lo mismo de siempre, que al final nos creemos que estamos en la obligación de estar en puestos de promoción, y nos olvidamos cual es el verdadero objetivo.
