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BLOG Francisco Martínez Gómiz: «Asombroso»

BLOG, FRANCISCO MARTÍNEZ GÓMIZ. 

Piensa en qué puedes hacer en 134 minutos y algunos segundos…; si estás preparando oposiciones quizá sea el tiempo empleado en completar unos de los infinitos temas de la oposición, si estás trabajando en una fábrica puede que sea el tiempo que te queda para terminar y salir de turno, si estás en la carretera a lo mejor es el tiempo recorrido desde tu última parada.., y así podríamos seguir con infinidad de ejemplos.

Pues bien, 2 horas, 14 minutos y 4 segundos es el tiempo que tardó Brigit Kosgei en completar la distancia de 42 km correspondiente a la Maratón de Chicago un nuevo record que data del 2003 y que ha sido rebajado entorno a los 4 minutos, en fin, una barbaridad.

No me estoy refiriendo a la figura de Eliud Kipchoge que, con tiempo oficioso no homologable, ha bajado de las 2 horas en una maratón, quiero poner el énfasis en el nuevo record del atletismo femenino. En 1967 Kathrine Switzer participó en la maratón de Boston inscribiéndose como KV Switzer siendo una prueba exclusiva para varones con el dorsal 261 y no fue fácil para ella. Hubo hombres que la increparon, que la empujaron, que la insultaron, mentes retrógradas que contemplaban poco menos que como una herejía que una mujer pudiera correr semejante distancia. Y lo hizo, la terminó, de forma simbólica respondió a todos aquellos “corredores” que la creían incapaz de realizar semejante esfuerzo tras 4 horas y 20 minutos.

En las últimas décadas el deporte femenino ha experimentado un desarrollo muy significativo respecto a unos años atrás. La apuesta decidida de las distintas federaciones sobre sus deportistas, el apoyo económico de las grandes empresas y el trabajo diario de las competidoras ha dado como resultado la consecución de metas que antes parecían inalcanzables.

Este mismo fin de semana hemos asistido a la consagración (sino lo estaba ya) de Simone Biles como la mejor atleta del mundo en su especialidad superando en número de medallas a todo un mito de este deporte como es Vitaly Scherbo.

He conocido la historia de esta gran atleta de 1,45 metros de altura y me ha impactado. Afroamericana en un país donde el racismo sigue causando diferencias entre las personas. Su madre tuvo problemas serios con el alcohol, su padre no apareció nunca por su vida y sus abuelos maternos son los que le ofrecen la posibilidad de ir al colegio y de darle una educación. Si le parecen pocas barreras para alcanzar grandes logros queda la última aún; su entrenador es acusado de abusos sexuales. Pero la determinación de las personas es mucho más grande que cualquier contratiempo que la vida te ponga por delante. Ninguna de las circunstancias anteriores han apartado a Simone Biles de su sueño de ser la mejor gimnasta de la historia, cuando muchos de nosotros abandonamos a las primeras de cambio es bueno pensar en estas atletas y comprender lo que cuesta alcanzar el éxito.

Por cierto, es importante destacar que en esta competición hemos tenido una atleta española, Roxana Popa, que ha sido sexta del mundo en ejercicio de suelo. Puede parecer poco premio comparado con Biles pero es que Roxana ha tenido dos graves lesiones en sus rodillas que estuvieron a punto de apartarla de su deporte favorito y tras años de entrenamiento, energía y superación ha logrado meterse entre las mejores y ser la sexta gimnasta del mundo en el ejercicio de suelo. Enhorabuena campeona, solo tú conoces las infinitas horas de entrenamiento y la dura lucha mental que has debido tener contra tus propios pensamientos.

Volvamos a la marca de la atleta keníata Brigit Kosgei. Parece que los atletas de Kenia han nacido para correr largas distancias. No hay duda, llevan años dominando las carreras de fondo y ultra fondo. Pero no todo se debe a la genética, hay muchas horas de entrenamiento detrás para llevar a un/una atleta a ser campeón/a de su especialidad.

Bajar una marca mundial algo más de cuatro minutos es una barbaridad. En un mundo donde el tiempo nos complica a todos, donde, en la mayoría de los casos, nos condiciona nuestra vida, parar el crono cuatro minutos antes de la mejor marca mundial hasta entonces es un hito histórico.

Estos ejemplos de luchadoras podrían servirnos de inspiración para enfrentarnos a nuestras dificultades diarias. Nuestro trabajo también es una maratón diaria o un campeonato del mundo de gimnasia en el que llevamos preparándonos toda la vida para ofrecer nuestro mejor resultado. Y estoy seguro que habrá días mejores y días peores, como los días de entrenamiento de estas atletas (con mayúsculas) que pese a ello insisten en conseguir sus objetivos porque eso es lo que las diferencia de otras atletas o de otras personas, la constancia y la determinación por una meta.

No hace falta correr una maratón o entrenar siete u ocho horas diarias en el gimnasio para ser medalla de oro en tu familia, en tu trabajo o con tus amigos, lo que hace falta realmente es la entrega y la determinación de saber que todo es un proceso de aprendizaje y que si confiamos en nosotros mismos lograremos alcanzar las metas que nos propongamos. Entrena duro y ten paciencia, esa es la fórmula del éxito.

PD: Pierde la UDA brillo. En las últimas 5 jornadas; 3 empates, 2 derrotas y, cómo no,  vuelve el pesimismo a instalarse en unos aficionados demasiados acostumbrados a conformarse con el objetivo de la permanencia y, si puede ser posible, antes de la última jornada. Dejo a mis “profes” que analicen los detalles técnicos de estos resultados y de cómo transformarlos en victorias de nuevo. Quiero llamar la atención a los “pesimistas”; hay equipo para objetivos más ambiciosos que la permanencia, en el vestuario hay mucha más calidad futbolística que en los últimos 3-4 años juntos y hay un nuevo presidente con capacidad económica para apuntalar el proyecto deportivo a unos años vista. Es hora de que el aficionado de un paso al frente, de que apoye y jalee a su equipo, de que lo anime desde el minuto 0 sin descanso y no “subirse al carro” cuando ya está encarrilado el partido con un 2-0 o 3-0. Vamos a transmitirle al equipo que confiamos en ellos, que estamos a su lado, aunque ahora no salgan las cosas como al principio, vamos a darle el empujón y el aliento que necesitan. Eso es lo que diferencia a los grandes equipos de los demás, el comportamiento de la afición en momentos difíciles. Si en Almería somos pesimistas, ¿qué pensarán los aficionados de Gijón o de La Coruña? Asombroso.

 

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