BLOG #BARRALIBRE, por Javier Montoya Lozano, ‘Marqués de Huebro’.
Volver a ganar. Volver a golear. Volver a dar alegrías a una afición que estaba como loca por volver a disfrutar. Una afición que tiene que volver a confiar en su equipo. Ya se echaba de menos volver a casa del estadio entre sonrisas, casi 10.000 sonrisas de esperanza renovada. La UDA tenía que volver a dar señales de vida para seguir manteniendo opciones de ascenso directo. Y las dio.
El artista antes conocido como Guti, tras caer en Cádiz, tenía que volver a ganarse muchos favores: los de Turki, los de la parroquia rojiblanca y los de sus propios jugadores. Volver a caer hubiera sido una losa muy pesada. Alguno como Darwin tuvo que volver por sus fueros. Tuvo que marcar al principio y volver a marcar al final. Su mejor socio, Juan Muñoz, se sumó tras el descanso a una fiesta que habían encarrilado antes de la media hora de juego los de la banda derecha.
Mereció la pena el partido solo por volver a ver al Corpas que enamoró la temporada pasada: pudo asistir a Balliu y volver a asistir al uruguayo tras volver a reinar en su extremo. Hasta Vada, que se había marchado enfadado al vestuario tras ser sustituido, no tuvo más remedio que volver al banquillo para ver el 4-0 final.
José María Gutiérrez ha logrado volver a la vida con esta goleada que hace devolver la ilusión perdida. Todo en una semana en la que tuvimos que volver a recordar la figura de Alfonso García en relación a sus gestiones de los últimos años. Me da que no quedará la cosa en anécdota y tendremos que volver a sufrir. Sería una pena, nosotros sólo queremos volver a reír, volver a Primera. Queremos volver desde 2015 y no hay manera. Y a mi cabeza le da por volver a recordar el tango de Gardel…
Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien. Y la despoblaron aún más. Cinco años no es nada y sigue el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez. Ojalá volver. Ojalá pronto. Volver pronto. Ojalá.