La explosión de jóvenes canteranos ha motivado que el conjunto che vuelva a la zona alta de la clasificación y el público responde en masa en Mestalla.
Tal y como apunta Marca.com, el Valencia logró una victoria de autoridad el sábado en Mestalla contra el Atlético. No fue solo la goleada 3-0 que pudo ser más amplia por ocasiones claras de los blanquinegros, sino por el modo en el que la ejecutó el equipo de Rubén Baraja. El técnico vallisoletano desactivó las virtudes del Atlético y potenció las de su equipo, al que le acompañó la efectividad, una de las asignaturas pendientes en otros partidos.
Con solo cinco jornadas disputadas, el puesto en la clasificación en este momento es anecdótico. Pero ponerlo en relación con el pasado reciente puede ayudar a entender por qué en Mestalla había más de 45.000 aficionados el sábado -una de las mejores entradas de los últimos años- y por qué engancha un equipo con una media de edad por debajo de los 24 años.
En un sistema de puntuación en el que las victorias tienen más valor proporcional que los empates, haber ganado tres partidos de cinco es muy relevante. De hecho, solo en la temporada 14-15 con Nuno en el banquillo el equipo había ganado más partidos (4) y había empatado uno. Aquel Valencia, muy reforzado con el desembarco de Peter Lim era líder y aspiraba a meterse de nuevo en Europa. Ahora las cosas han cambiado y el objetivo es la salvación.
Desde entonces, solo con Bordalás en la campaña 21-22 había ganado tres partidos en los cinco primeros, por un empate y una derrota, y tenía 10 puntos. Antes de estos dos precedentes habría que remontarse al Valencia de Unai Emery para encontrar tres o más victorias en cinco partidos.