El conjunto rojiblanco no tiene ninguna confianza en encontrarse con un rival desmotivado y prepara el duelo del próximo domingo con la máxima intensidad.
El Almería sigue con su preparación para la gran final del domingo frente al Espanyol en el RCDE Stadium de Barcelona donde estará en juego, para los rojiblancos, la permanencia en la Liga Santander. Como ya es sabido el rival descendió la pasada jornada, pero el conjunto almeriense no se fía para nada de la situación de su adversario.
De hecho, todos en el vestuario tienen muy claro que el Espanyol querrá despedirse de la temporada y de la máxima categoría brindando un triunfo a sus seguidores. Además hay que tener en cuenta los resultados obtenidos en el tramo final de campeonato porque después de una racha negativa, venció al Getafe; perdió en el Sánchez Pizjuán por la mínima y en el minuto 89 después de ir ganando; cayó derrotado contra el FC Barcelona; sumó los tres puntos en Vallecas, y empató frente al Atlético de Madrid, tras igualar un 0-3 adverso, y ante el Valencia después de ir por delante 1-2. En el 93 se le fueron dos puntos determinantes, que le condenaron al descenso. Estos resultados demuestran que el equipo compitió al máximo.
Y esa misma actitud es la que espera el Almería que, como decíamos, sigue con su puesta a punto para afrontar con las máximas garantías el encuentro, esperando al mejor Espanyol a pesar del descenso.
Los rojiblancos siguen trabajando a puerta cerrada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde Rubi entrena con sus jugadores los argumentos futbolísticos que expondrá en Barcelona con el objetivo de conseguir la permanencia. Puede ser el último encuentro para el técnico que consiguió la pasada temporada el ascenso y que vuelve a rozar el objetivo en esta ocasión, aunque la sensación es que tanto el propio entrenador como el club dan por amortizado este ciclo.