El conjunto rojiblanco descansará mañana y Rubi espera poder recuperar jugadores de cara a una cita clave para el futuro inmediato del club almeriense.
El Almería se dispone a afrontar una semana muy larga que culminará el domingo, a las 21 horas (LaLiga ha cambiado el horario, previsto en un principio para las siete de la tarde) en el campo del Espanyol de Barcelona, Cornellá, esperando alcanzar el objetivo de la permanencia en Primera División. Depende de sí mismo, ganando o empatando, pero también en caso de perder tendría opciones de salvación en función de otros resultados.
El conjunto almeriense se la va a jugar a domicilio, donde sus números son malos; de hecho es el peor visitante de la categoría después de que el Elche haya ganado en Bilbao, pero el rival, el Espanyol, ha descendido esta jornada a Segunda División y ya no se jugará nada. En cualquier caso el Almería no se fiará para nada; todo lo contrario, ese es el mensaje que se lanza desde el club indálico donde son sabedores de que se han escapado ya varias opciones para lograr la permanencia y que se está ante el último tren.
Este lunes habrá entrenamiento, una sesión de recuperación; el martes descanso, y a partir del miércoles a preparar de manera específica el partido del domingo en Barcelona. Todas las jornadas de trabajo se desarrollarán en el Estadio de los Juegos Mediterráneos a puerta cerrada.
Rubi espera recuperar jugadores junto a El Bilal Touré, que alineó este domingo en los últimos minutos del encuentro ante los vallisoletanos. El técnico pondrá el morbo al encuentro con su regreso a Cornellá, donde consiguió la última clasificación de los periquitos para Europa, aunque tuvo una polémica salida del club rumbo al Real Betis.