Lázaro se levanta, ¡el Almería anda!
La UDA logra una victoria que es media permanencia con un gran protagonista: el casi desaparecido Vinicius marca tres goles, con los que ya lleva seis, y encabeza la comitiva hacia la salvación.
FICHA TÉCNICA.
UD ALMERÍA. Fernando; Centelles, Pozo, Ely, Babic; Samú Costa (Eguaras, m. 73), Robertone, Melero (De la Hoz, m. 64); Vinicius (Portillo, m. 73), Embarba (Puigmal, m. 80) y Luis Suárez (Dyego Sousa, m. 80).
RCD MALLORCA. Rajkovic; Maffeo, Sánchez (Gio González, m. 55), Valjent, Copete (Greniere, m. 55), Hadzikadunic; Baba, Dani Rodríguez (Kadewere, m. 55), Kang In Lee (Abdón Prats, m. 69), Amath; y Muriqi (Ángel Rodríguez, m. 70).
ÁRBITRO. Del Cerro Grande (VAR: Jaime Latre). Amonestó al local Ely y a los visitantes Kang In Lee y Hadzikadunic.
GOLES. 1-0: Lázaro Vinicius (m. 12). 2-0: Lázaro Vinicius (m. 42). 3-0: Lázaro Vinicius (m. 58).
INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la trigesimoquinta jornada de liga en Primera División, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 12.791 espectadores.
CRÓNICA.
La UD Almería ha cosechado hoy una victoria fundamental para la salvación de la categoría, una victoria sorprendente y encabezada por un Lázaro Vinicius que hasta hace tres semanas era un integrante del grupo de fichajes ‘fake’ de la UDA, sin protagonismo ni apenas minutos, pero que en estos tres encuentros ha cambiado notablemente su ‘estatus’ en el plantel, convirtiéndose en el jugador clave y, sobre todo, el más rentable en cuanto a la relación minutos/goles no ya solo del equipo, sino incluso casi que de la categoría, con seis goles que le hacen ser ‘pichichi’ junto a El Bilal en el equipo y tras marcar hoy tres tantos.
Una UDA que se coloca ya con 39 puntos, a uno o dos puntos de la salvación, alcanzando incluso al Celta y olvidándose casi de los tres puestos de abajo, aunque ahora habrá de rematar la faena, o bien puntuando fuera de casa o bien haciendo lo que mejor se le ha dado en lo que va de liga: ganar en casa el partido que le falta.
Lázaro, levántate y anda… ¿o mejor, vuela!
El partido había comenzado muy dinámico, con los dos equipos con ganas de irse al área contraria y con acercamientos con bastante porcentaje de peligro. En el 6, Lee se quedaba solo ante Fernando, pero se escoraba demasiado y su disparo no ofrecía dificultades para Fernando. Acto seguido, una pérdida grosera de Ely le obligaba a hacer falta, porque de lo contrario Muriqi se plantaba sólo ante el portero.
Pero en el 12 llegaba el tanto del Almería, con una pérdida también incomprensible del Mallorca, una jugada a trompicones con centro que tocaba en un defensa, para el remate oportuno de un Lázaro Vinicius que es el jugador más efectivo del plantel (1-0).
El Mallorca ha ido aumentando el tono y el nivel físico y de dureza en el partido, hasta hacer muy incómodo el fútbol a una UD Almería que ya marchaba por delante, pero que empezaba muy pronto a alejarse demasiado de la portería del cuadro insular.
No han pasado muchas cosas más en la primera mitad, pero al borde del descanso, el gran protagonista del partido, Lázaro Vinicius, agarraba otra pelota suelta en la frontal y le pegaba con el alma, un zapatazo morrocotudo que batía a Rajkovic, para colocar el 2-0 y convertirse en la gran revelación del tramo final liguero. Lázaro se acababa de levantar y no andaba, ¡iba como un avión!
Y faltaba el ‘hat trick’ de ‘Vini-gol’.
La segunda parte ha comenzado como terminó la primera. El hombre del partido no quería dejar las cosas así, no iba a dejar pasar su día, no estaba dispuesto a que esto acabara así y, en el minuto 13, aprovechaba una contra y un pase de Suárez para pegarle de primeras y romper la red de Rajkovic, con un ‘hat trick’ histórico de la UDA en Primera. La grada se dejaba la vida gritando «¡Lázaro; Lázaro!».
El Almería acababa de sentenciar un partido en el que ha sido mejor que el Mallorca, pero en el que sobre todo ha extraído del ostracismo a un jugador que en estas semanas en las que está teniendo protagonismo ha respondido y hoy se ha marchado del campo, en el minuto 73, con la sensación de ser un auténtico ídolo para la afición. Lázaro Vinicius abandonaba el césped ante un público enfervorizado y entregado a sus tres goles como tres soles.
La UDA redondeaba un encuentro plácido, un puente hacia la Primera División del próximo año, con comunión con la afición y con un nuevo ídolo que hacía historia y que se llevaba el balón a su casa, para celebrar su mejor día desde que ha llegado a España.
