El técnico malagueño no seguirá en el Polideportivo El Ejido tras el descenso, pero reconoce que le gustaría una tercera etapa con la que quitarse de la espina del descenso.
David Cabello ya asume su marcha de un Polideportivo El Ejido en el que ha vivido en apenas tres años la mayor alegría, la de un ansiado ascenso de categoría, y una gran decepción, el descenso que devuelve a la entidad celeste a la 3 RFEF, categoría de la que costó mucho salir y que ahora se presenta como el nuevo reto que tendrá que afrontar Alejandro Bouza y su directiva.
El entrenador malagueño, que comenzó en pretemporada hablando de ambición y de la posibilidad de luchar por el ascenso, admitió que «el fútbol ha sido bastante cruel hasta el último día. En un futuro ojalá podamos volver y que las cosas acaben como hace tres veranos». Cabello fue pieza clave en la confección de la plantilla, trayendo muchos jugadores de su confianza, algunos para los que también suponía la segunda etapa en el club.
Esta campaña quedará para el recuerdo en el lado negativo y Cabello señaló que «cuando llegamos aquí a principio de temporada no me pensaba que tuviéramos que hablar de este tema, sino todo lo contrario», de hecho, «la ilusión era volver a generar esa ilusión y esas ganas que la gente transmitía una vez que te veía».
Pese al resultado negativo, el técnico quiso remarcar que «me he dejado todo, la vida, la salud por intentar defender este proyecto» y que «soy el máximo responsable y tengo que asumir mi responsabilidad». Cabello ha sido uno de los objetivos de un grupo de aficionados que realizaba pintadas y ha enviado mensajes violentos en redes sociales, aunque también han sido numerosos los aficionados que le han respaldado tras una campaña con muchos problemas extradeportivos.