La festividad del Ramadán considerado mes sagrado y respetado por los musulmanes en todo el mundo se celebra en el noveno mes del calendario lunar islámico, este año comenzó el 23 de marzo y terminó el 21 de abril y está más presente de lo que nos pensamos en el mundo de fútbol. Este periodo los musulmanes lo respetan con un mes de ayuno, oración y autorreflexión. Los ayunos van desde el amanecer hasta el ocaso y es obligatorio realizarlo salvo excepciones concretas, por lo que los deportistas tienen que cumplirlo. No se puede comer ni beber agua en las horas de sol, sólo lo pueden hacer antes del alba y después del atardecer, así que sobre las 05:30 horas y a contrarreloj por la salida del sol se han despertado durante ese mes 2,2 millones de musulmanes que viven en España y han promediado unas 14 horas de ayuno diario, demasiadas horas para sobrellevar sobre todo siendo deportista de élite.
En las diferentes Liga Europeas son varios los futbolistas que han tenido que compaginar el Ramadán con la competición, jugadores como Karim Benzema, Ez Abde, Danjuma, Enis Bardhi, etc.
Durante su mes de ayuno han tenido que rendir al mismo nivel que los demás y es normal que la gente se pregunte: ¿cómo se vive el Ramadán dentro del mundo del fútbol? La respuesta es relativa y todo depende del grado de adaptación del deportista en cuestión, aunque se considera que el cuerpo es inteligente y se adapta a estas situaciones especialmente cuando los jugadores que lo practican llevan años haciéndolo, están acostumbrados a ello, comenzaron a hacerlo desde niños y han crecido compaginando el deporte con esta práctica religiosa.
Los nutricionistas de cada equipo de fútbol están preparados para solventar esta situación y para que sus jugadores hagan frente a esas largas horas de ayuno, aunque siempre respetando la tradición. Cada jugador durante ese periodo está bien monitorizado y se le realiza un seguimiento férreo con análisis de sangre y orina para conocer cómo afecta el ayuno a su estado de salud. Aunque para los nutricionistas las lesiones son su principal preocupación y el miedo constante de los cuerpos técnicos durante este periodo de ayuno es la prevención de dichas lesiones ya que la principal consecuencia de las más de 14 horas diarias sin beber es la sequedad muscular que se produce pues cuando se lleva más de medio día sin beber el músculo se deshidrata y es más frágil, es como si se convirtiera en una hoja seca pudiéndose romper con mayor facilidad.
Dentro de los jugadores que cumplen El Ramadán hay alguno de ellos que deciden “saltárselo” durante el día de partido como por ejemplo Mo Salah o Sadio Mané, que deciden parar su ayuno para así estar en las mejores condiciones posibles para el encuentro que tienen que disputar. Asimismo, se comenta que hay jugadores como Karim Benzema que practica este ayuno de una manera más relajada ya que durante ese mes se alimenta de dátiles y frutas. Sin embargo, la mayoría de los futbolistas cumplen con el ayuno en su forma más radical: no comen ni beben hasta que cae la noche.
Existe una “leyenda urbana” sobre el rendimiento de los jugadores que cumplen con el Ramadán que ha generado varios prejuicios, uno de ellos es el de considerar que los futbolistas que lo practican reducen su rendimiento durante ese mes, pero en la actualidad no existe ningún estudio científico que haya podido confirmar dicha teoría.
