Que España es diferente lo sabemos todos: por sus costumbres, por su cultura y por su particular forma de ser, pero también España en todo su conjunto sigue siendo una novela picaresca al más puro estilo del ‘Lazarillo de Tormes’, pues seguimos anclados en ese periodo novelesco con la única diferencia de que en la actualidad se han implantado las nuevas tecnologías, factor que en ocasiones hace aumentar más ese nivel o grado de picaresca. Esta fama no nos la hemos ganado de forma gratuita y es que en este país de pillos la penúltima pillería, pues conociéndonos seguro que se seguirán cometiendo más engaños similares ha afectado de forma directa al fútbol y a que se ha jugado con la ilusión y los sueños de jóvenes y de sus familias que han depositado su confianza en personas sin ningún tipo de escrúpulos y que no se la merecían.
Me refiero a la estafa que se ha destapado recientemente en la provincia de Granada sobre escuelas-club de fútbol por llamarles de alguna forma y que tenían como modus operandi la de captar en sus países de origen sobre todo en Brasil a jóvenes de entre 16 y 23 años procedentes de familias con economías estables y que a su vez tuvieran destacadas habilidades como futbolistas convenciéndoles de venir a España con el gancho de convertirlos en ‘futuros futbolistas de élite’. Les prometían que al principio comenzarían jugando en equipos de categorías inferiores de juveniles e incluso sénior, lo que daría a los chicos visibilidad ante ojeadores de grandes clubes para que finalmente tener la posibilidad de ser descubiertos y fichados por clubes españoles mundialmente conocidos como el Real Madrid o el FC Barcelona.
Los miembros de la trama pedían a las familias en su país de origen por gastos para iniciar la carrera de los jóvenes una cantidad de 5.000 euros justificándolo en que tendrían que proporcionarles matrícula en un centro docente oficial para tramitarles y obtener sus autorizaciones de residencia legal por estudios en España de modo que pudieran alargar su estancia tanto como fuera necesario, seguro médico privado, además de manutención, alojamiento y desplazamientos. Asimismo iban requiriendo después sucesivos pagos de entre 1.500 y 1.700 euros mensuales, por lo que se calcula que cada familia habría pagado en total entre 5.000 y 10.000 euros a la trama y se cree que puede haber unas 70 familias estafadas no descartándose que pueda haber incluso más.
Para colmo dichos jóvenes no han vivido cómodamente sino en situación lamentable, hacinados y con escasa comida, ni tampoco han recibido educación al no asistir ni un solo día a un centro educativo a pesar de estar matriculados, ni consiguieron su regularización porque la trama no realizó correctamente los trámites.
Los meses pasaban y aparte de entrenar la carrera futbolística de los jóvenes por supuesto que no avanzaba, ni tan siquiera participaron en competiciones oficiales porque alegaban que los clubs para hacerlo necesitaban primero tener la residencia, haciendo que el engaño a las familias fuera todavía mayor, pues les decían que no podían federarse cuando podían haber jugado perfectamente al ser totalmente falso ya que la federación andaluza de fútbol sólo exige un pasaporte en vigor para participar en competiciones oficiales a nivel provincial o autonómico.
Tras varios meses de estancia las expectativas de ser futbolistas profesionales concluían una vez que caducaban los visados o los periodos de estancia como turistas, o cuando la familia no podía seguir asumiendo el elevado coste económico exigido mensualmente, momento en el que el joven regresaba a su país o se quedaba en situación irregular en España, pues ninguno de dichos jóvenes ha conseguido ninguna de las promesas dadas y era sustituido por otro jugador captado de igual manera.
Me produce una gran tristeza llegar a la conclusión de que por dinero algunas personas pueden ser capaces de cualquier cosa y de ser tan despreciables y rastreros y en esto del deporte se agudiza al entrar en juego sueños, ilusiones, proyectos… de esos jóvenes que han puesto todas sus expectativas en el deporte como referente de amistad, generosidad, altruismo, solidaridad, lucha contra la desigualdad de oportunidades, contra el arte de engañar y de las trampas y que por este y otros casos parecidos lo estamos estropeando.