Decir que Karim Benzema en la actualidad no atraviesa su mejor momento deportivo no es ninguna novedad, pues las cifras goleadoras esta temporada del atacante blanco están muy lejos de ser las de la campaña pasada, especialmente en Champions y su poca participación en el juego y la baja efectividad de cara a portería solo se ve algo maquillada desde el punto de penalti. Esta carencia la acusó demasiado el equipo merengue en la Copa del Rey con su eterno rival el FC Barcelona donde no apareció una vez más y sin aportar nada de nada. Se le vio sin ritmo, lento para correr y para jugar y en líneas generales no consiguiendo aportar posesión bajando a recibir, ni tampoco se vio esa zarpa letal dentro del área tan característica del jugador y determinante en otros tiempos. Está a kilómetros de esa versión tan brillante que le hizo ganar el Balón de Oro en la pasada temporada, aunque el miércoles tiene opción de redimirse en el partido de vuelta.
Benzema se ha lesionado hasta en ocho ocasiones a lo largo de la presente temporada y durante estos últimos meses el delantero galo se ha perdido numerosos partidos por problemas relacionados con lesiones musculares. De fondo, parece tener una especie de psicosis o miedo a sufrir una nueva lesión grave que le impida estar listo en la recta final de la temporada. El futbolista tranquilo no está y su exigencia por recuperar su mejor nivel le pasa factura y no termina de encontrarse cómodo y ha entrado en un bucle de altibajos. Esta obsesión por estar sano y centrado solo para jugar con el Real Madrid le llevó a tomar la decisión de dejar su selección tras el palo sufrido en el Mundial al salir de la concentración de Francia por las dudas que tuvo Deschamps sobre su rendimiento, un golpe anímico que le está costando superar y que todavía penaliza a un futbolista que no engancha dos buenos partidos seguidos pues está tocado y no levanta cabeza.
Por otra parte el jugador conoce perfectamente su cuerpo, mide meticulosamente sus sensaciones y toma precauciones para evitar riesgos con las lesiones. Es cierto que si está bien participa de las acciones, se asocia con los compañeros, genera fútbol, da asistencias y define, no siendo el gol su prioridad pues siempre ha manifestado que él es un delantero moderno y que piensa más en el juego colectivo que en el individual. La satisfacción que le da contribuir en el juego de equipo no la tiene en una temporada marcada por los problemas musculares y no consigue encontrar la regularidad en su juego, disfrutar, estar cómodo, suelto y fino sin que note algún tipo de fatiga muscular. Resurge en algún partido y marca, pero en otros desaparece. Es como si arrancara, jugara varios partidos y a continuación se para y es baja. Así son los últimos seis meses de la estrella del Real Madrid, incompresibles, en los que no consigue tener un rendimiento continuo.
Esta circunstancia ha vuelto a abrir una vez más el debate sobre si el Real Madrid este verano tiene que fichar un nuevo delantero pues en anteriores temporadas se puede considerar que demasiada suerte ha tenido su equipo de que no tuvo lesiones al ser una de sus referencias ofensivas más efectiva. Acaba contrato en junio y si bien el club guarda silencio sobre el tema parece ser que va a renovar por lo menos una temporada más, aunque de cara a la próxima temporada se debe plantear sin ningún tipo de dudas el fichar un 9 que transmita esa tranquilidad que el equipo tanto necesita y que ahora mismo no le aporta Benzema.
En resumen podemos considerar que el Real Madrid ha podido exprimir demasiado a su delantero, pues cuando vas cumpliendo una edad todos esos excesos se pagan y me da la sensación de que Karim Benzema está pagando el hecho de haberlo jugado todo durante estos últimos años. Si el Madrid consigue recuperar a su delantero volverá a tener un diamante, pero esto lo lleva esperando demasiado tiempo y confiemos en que ese día llegue pronto por el bien de su equipo y del espectáculo, también espero que su hat-tricks en el partido con el Valladolid este pasado domingo no sea solo un espejismo y si no… mal asunto.
