VÍDEO BLOG #Minuto92: El día en que el fútbol almeriense cerró su capítulo pendiente con su gran capitán, por Víctor J. Hernández Bru.
Fue una noche redonda, tal y como merecía el objetivo. José Ortiz, inquilino del purgatorio de la gloria desde hacía una década, entraba por fin en el reino de los cielos, de la mano de un homenaje emotivo, y cuidado por un grupo de sensacionales amigos que no dejaron detalle a la improvisación.
Unos 4.000 incondicionales, empezando por el presidente de su peña, ‘mi Juanlo López’, vibraron ayer con las últimas carreras y el último gol del gran capitán, que de esta manera recibía la justicia que merecía y buscaban sus fieles desde hacía una década.
Decenas de amigos vistiendo la rojiblanca unos y la verdiblanca otros, en representación del fútbol almeriense y andaluz, fueron los costaleros de esta procesión de gloria del ‘10’ de la UDA, que volvía a sacar a relucir sus más de 300 partidos con la elástica que representa a los almerienses, muchos de ellos, por no decir todos, en la memoria de los presentes durante el tiempo sagrado que duró el homenaje de ayer.
Como no podía ser de otra manera, la exaltación de Ortiz Bernal no podía olvidar un componente benéfico, en este caso a beneficio de los niños con cáncer de Argar, que tampoco faltaron a la cita más emotiva que ha vivido el fútbol almeriense en mucho tiempo.
Ortiz volvía al lugar del éxito, el escenario de su exaltación futbolística, al templo deportivo en el que fue consagrado hasta ser llamado por el olimpo del fútbol italiano, para volver más tarde y disfrutar de los éxitos de su club de toda la vida, antes de una retirada que se había dejado olvidado el epílogo, la guinda, el colofón.
Ayer se cerró el círculo glorioso de José Ortiz Bernal. El libro del fútbol almeriense ya puede pasar página y cerrar una etapa completa, con su capitán elevado a los altares del balompié y los sentimientos rojiblancos, desde donde ya velará por siempre por su club de toda la vida.