VÍDEO BLOG #Minuto92: Si la excusa para justificar una vergüenza es que hay un protocolo firmado, mal vamos, por Víctor J. Hernández Bru.
Merced a esa extraña influencia que tiene la Liga de Fútbol Profesional sobre la gran mayoría de los medios de comunicación, en éstos se ha extendido la barata y pobre excusa de que la tropelía que ésta ha cometido durante el fin de semana está justificada porque los clubes ya firmaron un protocolo a principios de Liga que contemplaba que en un deporte en el que juegan once y en el que hay una regla que te impide jugar con menos de siete efectivos de la primera plantilla, ahora es obligatorio actuar si se tienen cinco.
La contradicción, el desaguisado, como digo la tropelía y sobre todo la vergüenza son evidentes, pero se subliman al constatar que, además, esa norma no se aplicó tal cual en el Lugo-Almería de final de año, suspendido a pesar de que el cuadro gallego sí tenía más de cinco efectivos.
Todos sabemos que el motivo por el que tal partido no se jugó fue porque lo impedía una norma dictada por el gobierno de la Junta de Galicia, pero ni la Liga ni sus palmeros se atreven a poner esto como excusa por la sencilla razón de que ello sería tanto como reconocer que los equipos del campeonato tienen diferente tratamiento legal y deportivo en función de cuál sea el lugar geográfico en el que estén radicados dentro de España.
El caso es que los puntos que le han volado al Almería ya es evidente que no van a volver, pero la Liga va a volver a tener otra jornada que gestionar este fin de semana, en la que va a volver a haber equipos que no puedan contar con el 75% de los jugadores de su plantel, a pesar de lo cual estarán obligados a actuar, con el riesgo de conculcar la norma federativa de tener siempre más de siete efectivos del primer equipo en el campo.
Ello quiere decir que, de nuevo, este fin de semana habrá equipos que compitan en inferioridad de condiciones y se verán obligados a hacerlo debido a que todos, ellos también, firmaron un protocolo ridículo, contrario a las normas de la Federación y desde luego absolutamente tendente a que se produzcan agravios comparativos.
Un protocolo que jamás debería haberse firmado, pero que este fin de semana se ha evidenciado que no es justo ni conveniente para la limpieza de la competición. Por supuesto, ni de la LFP ni de sus palmeros cabía esperar un ápice de autocrítica sino todo lo contrario: si el protocolo genera injusticias, la solución era no haberlo firmado; pero una vez firmado, hay que ‘tragar’ con los agravios y los desequilibrios que genera.
Pero para la Liga, a la que nadie le ha tosido en la última década en el fútbol español, salvo ese tímido y fugaz intento de crear la Liga Europea por parte de Real Madrid y Barcelona, no habrá noticia; porque para la Liga, y para muchos, no hay noticia en nada que la Liga no considere que es noticia.