VÍDEO BLOG #Minuto92: La radical transformación conductual en la plantilla de la UDA , por Víctor J. Hernández Bru.
No, hoy no hablaré sobre el ya manido tema de la entrevista de Rubi en Radio Marca a nivel nacional, que eso ya es un pasado muy pasado. Pero sí me vas a permitir, querido oyente/lector, que centre este humilde #videoblog en el análisis de una parte de esas declaraciones, en concreto, las referidas al cambio que se ha producido en el vestuario rojiblanco con respecto a la pasada temporada.
Tal y como les comenté a los tertulianos del jueves, incluido el ex jugador profesional Joaquín Valerio, siempre suelo calibrar que la influencia de un entrenador en los resultados de un equipo no es menor del 50%. Valerio, como el resto de la mesa, estuvo de acuerdo. Y en este caso, creo que hay que subrayar, como ya lo he hecho en alguna ocasión anterior, la responsabilidad de Rubi en la transformación radical que ha experimentado el equipo en el aspecto conductual.
Todos los elementos a valorar en el equipo apuntan a que Rubi y su equipo han conseguido que en el seno del vestuario reine la paz e incluso parece que también la concordia. Sobre el campo, sólo se observan mensajes internos de ánimo, de comprensión, de complicidad, lejos de los conatos de conflicto del pasado año por cuestiones tan absurdas como quien tiene que lanzar una falta.
Dentro del vestuario, aunque no estemos allí para verlo, me cuentan que también ha cambiado extraordinariamente la cosa, pasando de aquello que señalaba Rubi de los grupos en los que estaba dividido el plantel a un ambiente de serenidad que mezcla la profesionalidad y las buenas relaciones personales.
Y luego está lo que sale del vestuario. Cada semana asistimos a las comparecencias de jugadores que se dedican únicamente a proferir mensajes positivos y constructivos. Esta semana hemos escuchado, por ejemplo, a Alejandro Pozo afirmar que le gustaría echar raíces en el Almería y a ese compendio de perfección balompédica llamado César De la Hoz asegurar que el equipo es una familia y que hay que seguir en esa línea porque aún queda mucho para lograr el objetivo.
Conseguir esta serenidad, esta sobriedad, esta sensatez completa en todo lo que rodea a un equipo no es sencilla, pero lograrlo justo en la temporada después de que algunos jugadores dirimieran sus diferencias con otros a base de puñetazos tiene un mérito extraordinario.
