VÍDEO BLOG #Minuto92: Newcasttle, el nuevo rico europeo que da miedo a algunos y que recuerda a Almería, por Víctor J. Hernández Bru.
El Newcasttle ea el nuevo club más rico del mundo del fútbol. El fondo de inversión público de Arabia Saudí ha invertido en él y su dueño parece ser que deja a la altura del betún la capacidad inversora del City y supera hasta en más del doble a la del PSG.
Las reacciones no se han hecho esperar. Los que están en contra de la capacidad de superación y de la libertad en el movimiento general de la sociedad, incluyendo los capitales, han puesto el grito en el cielo; la asociación Amnistía Internacional ha aprovechado para decir que en Arabia Saudí no se cumplen los derechos humanos; y alrededor del estadio del club se han desatado las celebraciones de los aficionados, que se relamen con la llegada de dinero fresco y, tras él, de fichajes caros.
La llegada de los árabes al Newcasttle recuerda al aterrizaje de Turky en Almería, pero hay una diferencia: aquí, con un gobierno futbolístico comunista, al jeque almeriense se le echó encima inmediatamente la Liga de Fútbol Profesional, para evitar que invirtiera deportivamente lo que éste quería invertir, con un abanico de excusas comunistas a cuál más aberrante, desde que el dinero provenía de un estado extranjero hasta que ello rompía el fair play financiero.
Así pues, en España estamos muy contentos porque el Almería no puede firmar a los jugadores que podría firmar según la economía de sus dueños, porque el Barcelona no puede retener a Messi o porque el Madrid parece el Castilla de hace diez años, mientras el PSG firma a todo lo que le da la gana, el City supera su presupuesto cada año y ahora el Newcasttle dejará a ambos como una zapatilla rusa.
No está mal. Sigamos felices mientras los demás pueden superar continuamente su competitividad y nosotros disfrutamos de una liga en la que el Villarreal puede ser campeón. Es la necesaria, la obligatoria elección entre competitividad o igualdad impuesta, entre brillantez y espectáculo o ese tono gris que caracteriza siempre al comunismo.
Ah, y por cierto: si en Arabia Saudí se vulneran los derechos humanos, no sé a qué espera Naciones Unidas para imponer las correspondientes sanciones o para prohibir que las empresas de los países miembros inviertan o sean contratadas allí. Pero no, es mucho más fácil tratar que el que pague el pato sea el deporte y el fútbol, mientras el mundo mira para otro lado ante esos presuntos ataques a las libertades públicas.