Lo fácil tras una derrota es atizar al entrenador y a los jugadores. Vivimos en un sistema de inmediatez profunda, todo es para ayer, el informe en tu trabajo, la ropa que te compras, el partido de fútbol en TV, los resultados de tu equipo…., todo es rápido, casi sin tiempo a comprender y asimilar tanto cambio.
Ha esto hemos llegado con la sociedad del consumo, lo de ayer es historia, el mañana es la esperanza. Nos falta pausa, respirar, sosiego, analizar con tranquilidad para aceptar que no todo está bajo nuestro control y que, algo muy importante que se nos olvida en muchas ocasiones, el rival también juega.
Crear un equipo lleva su tiempo. La confianza, la comunicación, el respeto, la lucha, la entrega, el compromiso…, no son habilidades que se integren “de la noche a la mañana”. Requiere partidos, requiere encontrarte con dificultades, requiere conocerse bien todos los miembros de la plantilla, generar los automatismos necesarios para anticiparte al equipo contrario, eso no se consigue en poco tiempo.
Se que el deporte profesional es exigente, que no entiende de muchos detalles y solo vale la victoria pero para llegar a ella es necesario perder, conocer tus límites, explorar tus habilidades y mejorar, siempre mejorar.
Con el inicio del campeonato liguero hay mucha tarea por delante para la UDA y no quiero “atizarle”, no quiero contagiarme de la negatividad que he leído por las redes sociales. El equipo no está al 100% (realmente casi ninguno lo está) ni física ni tácticamente, han llegado algunas victorias de mucho mérito pero también han llegado dos derrotas fuera de casa que han hecho tambalear la confianza en la plantilla. Hay que dejar al mister y a los jugadores que alcancen su 100% para valorar las posibilidades reales de la plantilla, mientras, cuantos más puntos sumemos mejor colocados estaremos para alcanzar el objetivo del ascenso.
El análisis del partido tras la derrota debe servir al cuerpo técnico para analizar qué aspectos del juego mejorar, En ocasiones no se trata de un error colectivo y si de un error puntual de algún jugador en su posición, es decir, que el error no es producto de una mala interpretación del sistema sino que el jugador toma una mala decisión, porque si, los jugadores son humanos, se equivocan y en un futbol tan igualado esos errores, normalmente, se pagan caros.
Toca entonces al cuerpo técnico analizar con el jugador el error, cómo se ha producido y cómo evitar que vuelva a producirse, ayudarlo a avanzar, a crecer como jugador, a tener más recursos para, llegado el caso en la misma circunstancia, no cometer el mismo error de nuevo.
No todo es achacable al sistema, no todo son errores conceptuales, no toda equivocación parte de un mal planteamiento, simplemente nos equivocamos, como seres humanos que somos, ¿Quién no se ha equivocado en alguna ocasión en su trabajo? Se solventa y se trata de aprender y no cometer el mismo error de nuevo. Lo que ocurre con los jugadores profesionales es que los errores son visionados en directo por muchas personas y eso genera opiniones, debate y ruido, mucho ruido.
Hoy tiene la UDA otra oportunidad de reivindicarse, de hacerlo mejor que el partido anterior, de evolucionar en positivo tratando de no cometer los errores de las derrotas anteriores. Vamos a confiar en que así sea y vamos a darle margen a un equipo que está encaramado desde las primeras jornadas en los primeros puestos de la tabla clasificatoria.
PD: Me emocionó el llanto de LLull. Hay tantas emociones en el que no encontró otra fórmula de canalizar los sentimientos. El día anterior había jugado 7 min, pocos y no estuvo demasiado acertado. Confesó que hasta llegó a discutir con su mujer (las personas más cercanas también ríen y lloran al igual que el deportista, por eso es tan importante el entorno del jugador, pero eso es otro tema…). Desde que en 2017 tuviese una grave lesión de rodilla en esa misma pista y en un partido de preparación con la selección española se ha visto la calidad de Sergio en muy contadas ocasiones. Lesión larga, parón en tu rutina de jugador, lesiones menos importantes pero que te rompen el ritmo, pierdes confianza…, nos costaba ver la mejor versión de este jugador tan determinante en Europa. El domingo pasado con -19 tomo las riendas de su equipo (porque la entrega y la pasión son innegociables en el) y fue el verdadero artífice de la remontada frente al eterno rival y otro título más en la “buchaca”. Ejemplo de deportista y ejemplo de superación, quizá otros, con lo que ha ganado este “tío” hubieran arrojado la toalla. Queremos Llull para rato.
Y tú ¿qué piensas sobre este tema? Me gustará leerte.