VÍDEO BLOG #Minuto92: Rubí, a la deriva, por Víctor J. Hernández Bru
A pesar de que ha sido uno de los entrenadores que más me ha convencido en el Almería en los últimos años, no tuve más remedio que decirlo también sobre él, justo la semana antes de que lo echaran: entonces, constaté que José Gomes estaba muerto, porque había empezado a querer contar en sala de prensa justo lo contrario de lo que nuestros ojos percibían en el terreno de juego.
Es la prueba del nueve que nos permite, a los que llevamos en esto ya más que el hilo negro, percibir cuándo un entrenador está ‘caput’. Ayer le paso a Rubi, con la diferencia de que el catalán aún no ha demostrado absolutamente nada en Almería, de que lleva apenas tres semanas y que su equipo ya es un barco a la deriva… antes de salir del puerto.
Ayer Rubi mintió descaradamente en la sala de prensa, al negar la información de Radio Marca Almería, acerca de los bochornosos hechos que se sucedieron en el vestuario rojiblanco tras el encuentro ante el Albacete, con una pelea entre Makaridze y Sadiq que obligó a varios compañeros a intervenir para separarlos.
Rubi dijo que no, que habían sido sólo unas palabras y que no había habido manos. Repito, mintió Rubi. Y mintió porque está desorientado, porque su equipo ha cambiado tres veces de sistema y no da con la tecla, porque los jugadores entran y salen del once inicial sin que se sepa cómo ni por qué, porque el conjunto rojiblanco va de ridículo en ridículo desde que él aterrizó en el banquillo; bueno, para ser justos, antes de que lo hiciera, pero con el agravante de que él no sólo no ha sido revulsivo, sino que ha empeorado notablemente las cosas.
Y además mintió de forma absurda e infantil, porque él no puede constatar algo en lo que no estuvo presente, puesto que los entrenadores, como todo el que haya estado cerca de un equipo profesional sabe, no entran al vestuario de los jugadores después de un partido, sino que van directamente al suyo.
La pelea que ayer relataba Radio Marca Almería fue en el vestuario de jugadores, mientras Rubi estaba en el suyo, tratando de buscar una explicación al ridículo de su equipo, al bochorno del final del encuentro.
Querer desviar la atención sobre su incapacidad para sacar esto adelante desmintiendo el trabajo absolutamente profesional e incontestable de los periodistas de Radio Marca Almería sólo denota que Rubi está perdido, noqueado, desorientado y más perdido que un pulpo en un garaje.
Querido Rubi, céntrate en lo tuyo, sino quieres terminar siendo Rubi I… el breve.