VÍDEO BLOG #Minuto92: A pesar de la discriminación que supone, no tengo prisa en que entre público al Mediterráneo, por Víctor J. Hernández Bru.
Después de que la Liga y la Federación hayan estado presionando para que se prime la asistencia de público a los estadios por encima de las precauciones ante el Covid-19, en la jornada de ayer conocimos que el Gobierno ha cedido para que el público pueda volver a los estadios, aunque sólo en las comunidades autónomas que están en Fase 1.
La situación concreta es que los aficionados de clubes de Primera y Segunda División de fútbol y de los equipos de baloncesto de la ACB podrán entrar a los recintos deportivos en las dos últimas jornadas.
Así lo dio a conocer ayer el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, que de esta manera ha dejado muy claro que no tiene ni la más repajolera idea de qué es esto del deporte y ha confirmado que su puesto de ministro obedece a cualquier razón que no sea la aportación que puede hacer a estos dos ámbitos ministeriales, tal y como se ha venido revelando desde que tomó posesión. De hecho, podríamos hacer una encuesta para ver no ya qué medidas impulsadas por este señor desde que llegó conoce la ciudadanía, sino incluso cuál es su nombre. No creo que el porcentaje de españoles que conoce su nombre supere el 1%, pero estaría bien hacer el experimento.
Pero volviendo a lo que nos ocupa, yo ya he dicho en múltiples ocasiones que no tengo ninguna prisa porque el público entre a los estadios, porque lejos del caso de otros sectores económicos, como la cultura, la hostelería y otros muchos, el deporte profesional no depende en absoluto de los ingresos por asistencia de público a los estadios. Y sí, sé que hay muchos que están deseando recuperar su asiento en un estadio, pero en ningún caso y en ningún modo supone esa asistencia algo esencial. Como todo el mundo sabe, los clubes profesionales viven de la televisión y el porcentaje de ingresos por asistencia de aficionados es ínfimo.
Pero es que, además, esta medida supone una clara discriminación, una tremenda corrupción de la competición, puesto que ahora habrá equipos que puedan jugar animados por su público, mientras que sus rivales podrán visitarles sin que ellos puedan dar entrada a sus aficionados.
No quisiera adelantar acontecimientos, pero ¿imagináis un play off de ascenso en el que un equipo pueda estar animado por sus aficionados, mientras que en el partido de vuelta el conjunto local tenga que afrontar el reto a puerta cerrada?
Insisto, no quisiera ser muy duro, pero a cada paso que da este gobierno, y en la gestión del Ministerio de Cultura y Deportes no encuentro ninguna excepción, no encuentro ni un mínimo atisbo de acierto, de inspiración, de certeza; sólo encuentro improvisación, desconocimiento y arbitrariedad. Tan sólo queda rezar para que la UDA no sea ese equipo que, en un hipotético play off, tenga que jugar a puerta cerrada en casa y con público en su visita al rival.