El caso, que se encuentra en proceso desde el año 2018, se refiere a presuntos sobornos a colegiados de balonmano tanto en partidos del Sporting de Portugal como en otros en los que se podía ver afectado por los resultados.
El ‘hombre fuerte’ en materia de fichajes de la Unión Deportiva Almería, Joao Gonçalves, se ha visto salpicado por la la operación Cashball que arrancó en 2018, pero que ahora se encuentra en su fase decisiva dentro del proceso judicial. Arrancó tras la denuncia de Paulo Silva por presunta corrupción deportiva, con una confesión de haberse producido sobornos a los árbitros de balonmano Ivan Cavaleiro y Roberto Martins, a los que les ofreció una cantidad que oscilaría entre los 2.500 y los 3.000 euros, durante la temporada 2016-2017 y al jugador del Chaves, Leandro Freire, al que le ofreció 25.000 euros, rival del Sporting, en la temporada 2017-2018.
Paulo Silva acusó a Bruno de Carvalho, era el presidente del Sporting CP, de ser el jefe de la trama. Según Paulo, Joao le confesó esto. Paulo Silva entregó mensajes y audios de whatsapp en los que se involucraban a Joao Gonçalves y a otros implicados. Según se destaca en Diario de Almería, Joao Gonçalves, ha sido acusado por el Departamento de Investigación y Acción Penal (DIAP) de Oporto por 14 delitos de corrupción activa en relación a su presunta implicación en este caso, en el que la justicia portuguesa investiga supuestos pagos a árbitros de balonmano y futbolistas en el deporte luso y en el que además figura como imputado.
El despacho judicial indica que «existen pruebas suficientes de que la acción concertada de los imputados se llevó a cabo en interés de esas personas jurídicas». Los acusados intentaron acercarse a árbitros de balonmano, no sólo en partidos que involucraban al Sporting, sino también a otros que podrían contribuir indirectamente a los leones