VÍDEO BLOG #Minuto92: Conclusiones categóricas, hechos livianos, gayumbos y fuego, por Víctor J. Hernández Bru.
En lo que va de semana, he mantenido esta conversación ya con algunos amigos, en algún caso en antena y en casi todos ellos entrenadores de fútbol. Me da la impresión de que los tres últimos resultados del Almería, que le han supuesto un horrible bagaje de cero puntos de seis posibles o, si lo miramos más ampliamente, cuatro de doce u ocho de 18, han despertado a quienes aún estaban esperando a José Gomes, que permanecían no ya dormidos sino casi desesperanzados de poder cazar a un técnico que había empezado ya a convencer hasta a sus más estrictos detractores; y sobre todo ha generado la eclosión de conclusiones absolutamente categóricas, ante hechos que en opinión tienen más pinta de accidentales y coyunturales.
Yendo a lo concreto, la UDA ha cosechado resultados negativos en tres de sus últimos cuatro partidos; y ése es un dato pésimo para un equipo que aspira al ascenso directo; es más, lo es también para quien ponga el foco en disputar el play off.
Sin embargo, si miramos un poco más allá de los titulares de las informaciones y tratamos de experimentar un análisis un poco más profundo, veremos que la UDA empató en Fuenlabrada en un partido en el que todo el mundo apreció que había merecido ganar y tras el que el cien por cien de la afición rojiblanca terminó indignado por la actuación del colegiado y de un futbolista rival llamado Ibán Salvador.
Después llegó el triunfo ante Las Palmas, que no fue un dechado de brillantez, pero sí supuso una victoria holgada y que no hacía presagiar los chascos venideros.
Entonces llegó la semana de los seis puntos ante rivales por el ascenso, que comenzaban con otro partido de indignación por la labor arbitral, pero sobre todo, en el que un gol injustamente anulado a Sadiq hubiera colocado a la UDA en la recta de meta para otra brillante victoria y, sobre todo, en la posición de líder de la categoría.
De todos esos partidos, en el que he visto al Almería más lejos de competir por la victoria, al contrario de lo que opina su técnico, ha sido el de Mallorca, pero incluso ahí también tuvo sus oportunidades, sobre todo si antes del 2-0 el colegiado no lo hubiera masacrado con cinco tarjetas por una del rival, cuando la posesión favorecía a la UDA.
A pesar de ello, creo que el Almería no mereció puntuar en las Baleares, pero me sigue pareciendo exagerada la contundencia con la que muchos han saltado a rechazar al hombre que nos había colocado a un partido del liderato y unas rotaciones que nos habían conducido a la cabeza de la tabla y a plantar cara a todo un Sevilla en cuartos de la Copa.
No sé, me parecen hechos poco categóricos para conclusiones tan rotundas. Es como el que se ve ya quitándose los gayumbos por el mero hecho de que una chica le ha pedido fuego.