Los jugadores del Almería se han vuelto a ilusionar con el regreso a los entrenamientos, y también con el avance que van teniendo en la preparación; además, están disfrutando mucho, como decía César de la Hoz, con los rondos y partidos en espacios reducidos que ya pueden realizar.
Pero a medida que pasan los días, la exigencia en el trabajo es mayor, mucho mayor, y si a ello añadimos que la climatología no acompaña, las sesiones se endurecen todavía más. No es que llueva o haga frío, sino todo lo contrario; el calor hace mella, pero los futbolistas le ponen buena cara al “mal tiempo”.
Los rojiblancos siguen con los entrenamientos por grupos hasta que LaLiga, con la autorización del Gobierno, de luz verde a ejercitarse todos juntos, como era habitual antes de la pandemia del coronavirus. Cuando eso ocurra, el campeonato estará ya a la vuelta de la esquina, con el primer enfrentamiento ante el Albacete en el horizonte y con la necesidad de sumar tres puntos que permitan comenzar con argumentos la caza del Cádiz y el Real Zaragoza, los dos equipos que partirán con ventaja para conseguir las plazas de ascenso directo a Primera División.
La plantilla, sigue alternando el trabajo físico, con el técnico y táctico, que cada vez adquiere mayor importancia. Las semanas son largas, de lunes a sábado, y en días alternos las sesiones, dobles, como pasó el lunes y ocurrirá este miércoles y el viernes. En este caso, la vespertinas se centran más en los físico… y además de qué manera. Las medidas de seguridad sanitaria se mantienen al máximo nivel. Con 29 jugadores a sus órdenes, José María Gutiérrez trabaja con dos grupos de 10 futbolistas y uno de 9, contando con recursos suficientes para afrontar un calendario comprimido y de gran exigencia que aún podría ampliarse en caso de jugar play off.