Posted by Radio Marca Almería on Friday, December 27, 2019
#RadioblogMinuto92, por Víctor J. Hernández Bru.
No caeré en la tentación de dibujarme a mí mismo como un experto en la ‘balompedia’ internacional, como un avezado ‘scooter’ de los mercados más exóticos o como un profesional de la compraventa futbolística.
En este debate de lo que hacer cada vez que la FIFA y la Liga abren una ventana de fichajes, lo único que puedo aportar es la experiencia de lo que le ha pasado a la UD Almería y al resto de equipos almerienses hasta ahora, sin que ello se garantía que éxitos o fiascos pasados aseguren los mismos resultados en el presente y el futuro más próximo.
Así las cosas, aunque la ventana esté todavía cerrada, por sus juntas ya ha penetrado el aroma de lo que el Almería tiene pensado hacer en el primer mes del año, en cuanto el circo de los fichajes ponga en marcha sus seis pistas. Y lo que se percibe de esas intenciones no es ni más ni menos que un importante ajetreo internacional, con la llegada de futbolistas casi de los cinco continentes, todos ellos grandes desconocidos para el gran público en España, en muchas ocasiones también para el pequeño y para todos los públicos, para regocijo del gremio de agentes y representantes y curiosidad de todos los desconocedores en general.
La experiencia con este tipo de aventuras es, en general, mala. Es más, tan mala es, que en la nefasta e infausta anterior etapa de García Gabarrón, al presidente y a su acólito Antonio Fernández se le dio de todos los colores por la llegada de un amplio contingente de futbolistas suramericanos cuyo denominador común era desconocimiento previo hasta en su casa y nulo rendimiento posterior, desde Vidangossy hasta Teto Goñi.
La realidad es que no puede decirse, ni mucho menos, que todo lo que se ha traído desde el excelente aterrizaje (excelente, por lo de excelencia, claro) de Turky en Almería haya sido morralla, como tampoco puede afirmarse que sea todo fulgor. Con luces y sombras, la remesa veraniega ha tenido más luces que sombras, desde Petrovic hasta Maras pasando por Lazo y Darwin, aunque también también con alguna ‘petardada’ como la de Appiah, símbolo evidente de que no todo lo caro es bueno.
Hablando de insectos, no hay duda de que esas mariposas que se producen en el estómago del aficionado cada vez que se abre el mercado van a estar más presentes que nunca a partir de dentro de cinco días, pero uno está con la mosca detrás de la oreja, expectante para calibrar si el objetivo es más deportivo o promocional, si se pretende más reforzar el equipo o agradar el ego del que ya empieza a ser conocido como el ‘hombre-pancarta’.