Posted by Radio Marca Almería on Thursday, October 31, 2019
#RADIOBLOGMINUTO92, por Víctor J. Hernández Bru.
Todo el mundo, en el mundo del fútbol, conoce la historia de las míticas arengas que protagonizaba Santiago Bernabeu, en la época más dorada del Real Madrid, cuando bajaba al vestuario para dirigirse a sus jugadores. Era la época de los Puskas, Gento, Di Stéfano y compañía y aquello terminó siendo conocido como las ‘santiaguinas’.
Desde luego, Mohamed El Assy no es Santiago Bernabeu, ni mucho menos, ni el episodio que ha protagonizado es exactamente lo que hacía el más renombrado presidente del club blanco, aunque bien podríamos denominarlo ‘mohamina’.
El director general del Almería, que en realidad es el presidente de facto y en el día a día rojiblanco, puesto que es la representación directa y con plenos poderes sobre el terreno de Turky El Sheik, bajó hace un par de jornadas al vestuario.
El hecho, hasta ahí, no tiene demasiado de particular, puesto que aunque se suela decir que el vestuario es un recinto sagrado y sólo para futbolistas, es habitual que presidentes penetren en él para dirigirse a los profesionales, tanto en momentos de crisis como en otros en los que se requiere es una felicitación.
Es más, yo mismo he podido asistir a las peticiones de algunas entrenadores, en clubes profesionales, a sus presidentes para que se dirijan a los jugadores, con el ánimo de cambiar una mala dinámica.
Pero el problema es que el Assy ha penetrado en el vestuario en el descanso de un partido oficial, lo cual no se atrevía a hacer ni el mismísimo Santiago Bernabeu. El descanso de un encuentro forma parte del propio partido y entrar en el vestuario en ese momento no sólo es una falta de respeto a los profesionales, sino una notable consideración hacia el entrenador, cuyo predicamento sobre el colectivo queda gravemente en entredicho.
Me cuentan, además, que en dicha incursión, El Assy se atrevió a decirles a los jugadores que ellos, con su actitud, iban a ser los culpables de que se tuviera que destituir a Pedro Emanuel. Si esto es así, la cosa no se queda en falta de respeto, sino que pasaría, repito, en el hipotético caso de ser verdad, al terreno de no tener ni puñetera idea de cómo funciona esto.
En todo caso, el problema es que a los actuales gestores de la UDA se les empiezan a ver determinadas formas que, digamos, no están muy acordes con lo que se estila en el fútbol profesional moderno y occidental.
Eso sí, si los resultados vuelven a ser los de principio de temporada, todo quedará tapado; aunque ello no quiera decir, en absoluto, que se estén haciendo las cosas como se deben hacer.
