Entre otras cosas porque la magia no existe. Es por ello que a las personas que tienen la habilidad de hacernos creer que vemos cosas paranormales se les llama ilusionistas. Y Fran Fernández nos ha hecho creer en lo irreal. Nos ha hecho vivir momentos que hacía años, y muchos, no vivíamos. Por ello se puede hablar de que el entrenador almeriense -qué bonito suena esto- tiene una varita mágica en su poder.
En el fútbol influyen muchos factores. Los deportes colectivos, con la influencia directa de la animosidad y la situación personal de cada una de sus piezas, son los que más condicionantes acumulan para decidir un resultado. El Almería ha ido demostrando sistemáticamente estas últimas temporadas lo fácil que es hacer malo lo bueno, por lo que la mano de Fran tiene mucho valor en la mejora evidente actual.
Analizar un partido de fútbol a posteriori es ventajista, pero trae cuenta hacerlo a tenor de lo visto ante el Granada. Un entrenador comienza a ganar un partido cuando exprime a sus jugadores y les saca el máximo partido. Por ello, no era casualidad que Trujillo y Joaquín, con serios problemas esta campaña para sacar el balón jugado, mostraran una actitud sobria buscando los espacios a las bandas. Por otra parte, la presión adelantada de todo el equipo liberó a un Juan Muñoz que, aunque tarde, está empezando a sacar el delantero que lleva dentro y en defensa del cual un servidor ha tenido alguna que otra discusión.
He de confesar que desde hace tiempo no me levanto con pasión a celebrar un gol, no sé, habré caído en su propia desidia. Pues bien, en el derbi del Reino de Granada, salté con el segundo gol de Juan Muñoz como antaño, cuando Crusat galopaba la banda o Míchel remataba todo lo que llegaba. El Juegos Mediterráneos volvió a cantar al unísono, incluso coreó el nombre de futbolistas; un “Juanico, Juanico” inundó el fondo norte en honor al delantero. Yo no creo en la magia, pero lo parece.
Quizá no sepamos el motivo real de la mejoría, pero, lo que sí que sabemos es que Fran tiene algo. Sus resultados y acciones le avalan. No sé si ya será posible, pero qué bonito sería verlo al frente de la UDA el próximo curso.
