Ya está fundada la Fundación de la UDA. Fundada hace diez días, como me confesaba ayer Fernando Soriano, lo cual equivale a decir que todo lo que antes nos habían contado sobre ella eran futuribles y castillos un poco en el aire, puesto que la Fundación no estaba ni tan siquiera constituida.
Deseo sinceramente que la Fundación UDA sea todo un éxito, que haga mucho por la sociedad civil almeriense, que sirva para acercar mucho más al club y a la ciudad y la provincia y que sus magníficos deseos benéficos se plasmen multiplicados por mucho, de aquí a cuando tenga que ser.
Creo que hoy, o ayer, son días para celebrar que el Almería ha hecho algo grande. Y siento tener que ser yo quien diga que las cosas han empezado, de nuevo en la UDA, de manera distinta, singular, rarita diré, por ser muy pero que muy comedido.
Ayer, tras muchos meses sin hablar con Alfonso García Gabarrón, me respondió amablemente a una batería de preguntas que iremos desgranando en los próximos días. Y, entre ellas, preguntado por quiénes serán los patronos de la Fundación, me contestó que no lo sabe, que los datos técnicos son cosas de su hija Lorena y de Fernando Soriano. Tan sólo añadiré, sobre ello, que García Gabarrón es el presidente de esta Fundación, amén de serlo también del club y de la SAD que sustenta su formato legal.
Obediente como soy habitualmente, le pregunté a Soriano sobre el asunto. Su respuesta me confirmó los peores augurios: no hay patronos. La Fundación del Almería nace mutilada, los patronos son Alfonso, Lorena y algunos más del club, me dijo textualmente el coordinador general de la nueva criatura, al que pregunté por los objetivos y los proyectos. La respuesta, sincera, sensata y amable, fue la esperada: no hay nada de eso. De momento, sólo la colaboración con una serie de asociaciones dedicadas a la discapacidad, con las que se va a hacer un gran trabajo, pero no hay planificado nada más.
Insisto, me cuesta una barbaridad hacer este análisis, porque las intenciones y el sentimiento con el que nace la Fundación es, más que loable, admirable; pero la realidad es que la UDA ha vuelto a poner el carro delante de los bueyes, a colocar al fontanero a arreglar los cables eléctricos, a hacer de la precipitación, la falta de profundidad y la improvisación su patrón de comportamiento.
A la UDA le hacía falta una Fundación para poder optar a determinados fondos subvencionables que están vetados (vaya palabra que me ha salido) para sociedades anónimas pero no para Fundaciones, pero en lugar de aprovechar esta circunstancia para sentar las bases de algo sólido, el Almería se ha lanzado sin patrón, sin plan y sin orden ni concierto, sin saber qué hará mañana, sin objetivos estratégicos, planificación ni estructura.
No obstante, a todos, por supuesto a Soriano, que ayer estuvo deliciosamente amable conmigo, a los patronos que no lo son, a las asociaciones con las que colabora la Fundación y a la familia García Gabarrón, le deseo la mejor de las suertes. Tras lo visto y escuchado ayer, no me cabe duda de que, una vez más, la van a necesitar.
Fundada
