“Una de cal y otra de arena”. Así podríamos resumir el partido que la Ud. Almería jugó el pasado sábado frente al Lorca C.F., un equipo que, aunque tuvo la suerte de encontrarse con un gol en el minuto 12, fruto de un dudoso penalti, no podemos olvidar, que es el último clasificado con unos números muy negativos.
Sin embargo, el Almería fue incapaz de reaccionar, su juego fue lento, impreciso y sin profundidad, al que había que sumar algunos errores defensivos, que pudieron haberle costado algún gol más. En fin, un primer tiempo para olvidar.
Lucas Alcaraz, supo leer bien el partido y los problemas que tenía el equipo, por lo que, al inicio del segundo tiempo, dio entrada a Caballero por Soleri y a Lass por Mandí, lo que sirvió para modificar el sistema, eliminando el “trivote” que impedía hacer un juego rápido y fluido, así como, para ganar amplitud y profundidad por las bandas, tener más presencia en la punta del ataque y que los jugadores importantes y desequilibrantes del equipo pudieran desarrollar su juego en las posiciones donde más y mejor rinden.
Obviamente, esos cambios, fueron el revulsivo que mejoraron el juego y el resultado del encuentro, ya que, en el minuto 50, Caballero conseguía empatar el partido, y unos minutos después, Rubén Alcaraz, con un buen lanzamiento de la falta que le hicieron al propio Caballero al borde del área, conseguía poner el 1-2 en el marcador, que le sirvieron a la Ud. Almería para sumar tres puntos importantes frente a un rival directo y para salir de los puestos de descenso.
No obstante y en mi opinión, el equipo tiene que mejorar, corregir errores y ser más competitivo, no solo durante unos minutos del partido, sino desde el principio hasta el final ya que, como hemos visto, no hay enemigos pequeños, la competición es muy exigente y la relajación y la confianza, en estos casos, suelen tener malas consecuencias.