Suele ser norma habitual que, cuando alrededor de un partido hay tanto lío, el resultado no es del todo lo que se esperaba y deseaba. Y si de lío se trataba, seguramente el Almería-Oviedo del sábado batió el récord mundial.
El del sábado fue el partido del aparcamiento de pago, el de la coincidencia con la Feria y con Melendi y, además, terminó siendo el del jaleo por el tema de la ubicación de la Grada Joven.
Mientras nuestro inusitado y singular presidente sigue repitiendo en sus medios amigos que “lo mejor está por llegar” (lo ha vuelto a hacer este fin de semana, sin que tengamos ni idea de a qué demonios se refiere), durante toda la semana hubo lío por la incapacidad del club de conseguir lo que otros logran, es decir, jugar fuera de casa cuando es más conveniente, como lo era en este fin de semana; y por las repercusiones que ello ha tenido, es decir, abonados pagando el parking, mucha gente fuera de Almería o de Feria, abonados sin poder ver el concierto estrella de la Feria y, en definitiva, menos de 7.000 personas en el campo, cuando el club anda por los 10.000 abonados.
Pero el jaleo se prolongó una vez dentro del estadio. Eran pocos, pero los que estaban, tuvieron gresca. La nueva, sorprendente y todavía inexplicada ubicación de la Grada Joven, en el Fondo Norte, supuso que se mezclara con los habituales abonados de ese espacio y, por tanto, la difícil convivencia entre quienes quieren ver el fútbol sentados en sus localidades y los que acuden para saltar, gritar y no tocar el plástico del asiento.
Evidentemente, nadie del Almería ha pensado en tal detalle. Ellos están muy ocupados fabricando acertijos para el discurso oficial del presidente, vetando medios o fabricando polémicas estériles.
Están las redes sociales que echan humo y lo peor es que, en ocasiones, con enfrentamientos dialéticos entre aficionados de una y otra opinión.
Sinceramente, no les corresponde a ellos, ni a los unos ni a los otros, arreglar un problema que ha elaborado concienzudamente el club, a partir de aquella estrambótica rueda de prensa del polifacético Mariano Blanco, que anunció una disolución de la Grada Joven que ni él mismo se creía y que se ha demostrado una clara y flagrante mentira: la Grada Joven sigue viva, pero ahora está en una ubicación en la que se crea conflicto con otros aficionados.
En definitiva, otra gran gestión de la administración García Gabarrón, que sigue batiendo todos los récords de capacidad para generar problemas, polémicas y enfrentamientos.
Por cierto, que algunos de los comentarios de los miembros de esta grada de animación apuntan, en palabras textuales, a “mentiras” de la directora de organización, a la ‘hijísima’, que fue la que trató directamente con los miembros de esta peña.
Por cierto, mientras tanto había un partido. Y claro, las circunstancias en las que se desarrolló no fueron las mejores para el equipo. Habrá que pensar que el resultado no es consecuencia de todo el lío que hubo alrededor del encuentro y de la pobre entrada, pero seguro que éstos no ayudaron.
No obstante, cuatro puntos de seis; algo que todos hubiéramos firmado hace quince días.
