Mi primera palabra de este Radio Blog, hoy, no puede ser otra: enhorabuena. Y el principal destinatario de la misma, sin duda alguna, la afición del Almería.
El hecho de que el viernes, tras cerrarse el plazo de renovación de abonos, el Almería hiciera pública la cifra de 7.861 me parece no ya un éxito, me parece una pasada, una locura, un bombazo.
No tengo más remedio que recordar que el Almería viene de encadenar tres campañas terribles, horrorosas, de ésas que desaniman a un muerto: un descenso de Primera y dos salvaciones del descenso a Segunda B en la última jornada bien hubieran legitimado cierta desbandada de abonados.
Pero no. Los casi 8.000 renovados dejan muy claro que el Almería ha conseguido un logro nada fácil: el de convertir en fieles a los aficionados que antes eran ocasionales, cuyos abonos respondían a la posibilidad de ascender, de ver a los grandes en el Estadio, de aspirar a un lugar mejor o, en definitiva, a cualquier otro propósito que no fuera ir a ver, a animar o a disfrutar con su equipo.
El Almería tiene afición y una afición adulta, madura, mayor de edad. Que la grada responsa a las tres últimas temporadas deportivas y a los desplantes del presidente con un ‘casi 8.000’, supone que el fútbol se ha hecho grande en Almería, que la base ya no depende de la intensidad del viento, sino que está preparada para soportar hasta las más profundas decepciones.
El Almería, seamos claros, ni ha hecho tres temporadas mínimamente decentes ni ha preparado un equipazo para ilusionar en esta temporada. Pero todo ello a la afición le ha dado lo mismo; la gente se ha lanzado a renovar su abono porque siente el Almería, porque le da igual pase lo que pase, porque la sangre de sus venas es rojiblanca. Y eso, sin duda, es una muy buena noticia para afrontar los buenos y también los malos momentos.
Ah, y para quienes dicen que aquí nunca se habla nada positivo de los García Gabarrón de toda la vida y de su gestión, aquí va esto: no me cabe ninguna duda de que algo de responsabilidad en este exitazo le pertenece al club; vamos, que algo ha tenido que hacer bien la cúpula directiva que dirige la entidad.
Lo que no sé es qué ha sido.
