Vaya por delante que soy muy de Luis Enrique, el técnico del Barcelona. Me gusta su forma de ser, su manera de relacionarse con los jugadores, sus planteamientos futbolísticos y, especialmente por lo que me toca profesionalmente, me gusta mucho su forma de entenderse con la prensa. Él tiene claro el papel de los periodistas, pero también mantiene que eso no le va a modificar su manera de hacer las cosas. Y en esa manera, por ejemplo, entra el que la prensa tiene derecho a preguntar y él a responder o no.
Pero ayer no me gustó Luis Enrique. También es cierto que en esto no soy objetivo, porque yo ayer sólo esperaba ver a Dani Romera. Y la verdad es que quizás sea pronto para que debute con el primer equipo. Fue convocado el cañaero, que ya es mucho, pero demonios, el de ayer era el partido ideal para que pudiera haberlo hecho: con la eliminatoria resuelta, con una lista plagada de canteranos, sin delanteros titulares en la convocatoria y con el almeriense enseñando los dientes.
Me decepcionó en este sentido el entrenador asturiano, que además sacó un once que, si bien es evidente que no es el de gala en el Barça, es un equipo que puede jugar perfectamente un partido que no esté ya decidido de antemano como el de anoche en Mestalla.
Entiendo que antes que a Romera, Luis Enrique ha de dar minutos a miembros del primer equipo que están tocando realmente poco pelo en esta campaña. Imagino que los Mathieu, Sandro, Adriano, Munir, Bartra y qué voy a decir del misterioso Douglas, del que nadie sabe qué hace en el Barça, no estarán muy felices con el reparto de tiempos de su entrenador.
Pero hombre, ayer era un día para ser valiente, para poner a un Dani Romera que se hubiera comido la cepa del poste, para haber sacado de inicio una delantera con él y con estos dos chicos, Cámara y Kaptoum, que hubieran dado alegría al juego como lo hicieron ellos cuando salieron, en la segunda mitad.
Siendo sinceros, no creo que haya esta temporada otro partido más propicio para el debut de Romera en el primer equipo. Y claro, después de haber entrado en la lista, la verdad es que nos habíamos hecho ilusiones. Luis Enrique, chato, desde ayer, me caes un poco menos bien.